lunes, 10 de enero de 2011

Ayer

Me ha atacado de nuevo el insomno que no me daba hace mucho, y no me gusta porque pensar en la noche no es bueno (me acordé del dios Eolo jejeje). No me gusta 'goglear', no me gusta ver, no me gusta leer, me duelen los ojos, me da miedo, me duelen las manos, me duele el cuello, la cabeza y el corazón.

¿Qué de malo tiene hechar un ojo en la espalda y ver las cuestas y los diferentes recorridos hace años? Nada, eso, solo eso... nada, y de pronto se puede ver un gran libro lleno de anotaciones en toda el alma, en la piel, en los huesos, en los años; algunas de estas notas son fugaces y otras profundas como tatuajes viejos que apenas se distinguen, pero que con solo pasar la vista sobre ellos, se puede estar cierto de como fueron al princpio. Siento un dejo de nostalgia con confusión que más bien es interrogación, sin embargo me siento afortunada.

Ha sido buena la vida hasta ahora, ha sido bueno el camino dentro de todo, estoy cerca de casa.