Los viejos cochinos

-¡Viejo cochino!, así decía María cuando salíamos de la prepa en la noche y algún pelagatos nos gritaba una pelandrufada (o lo que es lo mismo un piropo de albañil).

Esa raza -los viejos cochinos- abundan hoy día, los hay de diferentes edades y estatus sociales, por lo menos en la capirucha, hay un gochin (di gochin muchas veces). Si estas esperando el autobus, el taxi, vas en el metro o caminando a la tiendita de la esquina, al OXO, al super.. adonde quiera que vayas te puedes encontrar uno siempre dispuesto a abrir la bocaza y lanzar un: SSSSSS! MAMACIIITAAAA! A DONDE TAN SOLITAAA!, mientras contrae los labios parando la trompa y hace los ojos chiquititos, empina la cabeza hacia adelante y saca la panza.

Pues el caso es que en el bello trópico mexicano sucede una cosa muy extraña, por ahí me dicen -es que aquí todo es muy "Yan"- (fuego, ruido,masculino, sol, playa y arena), y aun así sigo sin entender.

Aquí ves chamacas muy guapas y no tan guapas en shorts "cacheteros" a cualquier hora del día, en el lugar que sea, y se que más de uno de los que conosco se volverian locos de contentos por el simple hecho de poder contemplar la pasarela en el pasillo del autobus o en la banqueta. Es como si de pronto WOW! abres los ojos y estas en video de esos weyes negros que salen con una sarta de bailarinas todas llenas de bolas con ropas de talla miniatura a punto de reventar y bailando reguetón.

Pues resulta que los viejos cochinos de aquí, al parecer ya nos les hace efecto el short "cachetero", ya que han sufrido una sobreexposición al mismo. Imaginen que voy caminando a tomar el autobús a mi casa, audífonos en orejas a todo volumen, y de pronto un claxon tan insistente que pensé - ya atropeyaron a alguien- y volteo, cual es mi sorpresa que un wey desde su carro me hace señas que no entiendo, por que de por si no veo y soy como Juan topo, me hace la seña de que se da la vuelta y en efecto lo hace y me alcanza en su carro, me detengo, me quito mis lentes obscuros, pongo cara de WHAT y me hace la seña de que me suba, le pinté PITO y apresuré mi paso en sentido contrario con la imagen de su horripilante cara libidinosa y en mi mente la fea canción de Flans:

El otro día te vi pasar
Cuando ibas corriendo por el boulevard
Entonces me paré
Y a subir a mi coche te invité
Volteaste tu cara
Quitaste tus gafas
Tus ojos cafés miré
(...)
Y corre, corre, corre por el boulevard
Corre, corre, corre sin mirar atras
Corre, corre, corre te voy a atrapar
Corre, corre, corre ya no puedo mas

Dirán que pues como iría yo vestida, pues como cualquier freak normal y ñoña, pantalón kaki olgado, tenis Puma piratas, camiseta de algodón verde, suéter verde de cuello alto y mi mochila de la Swiss gear. Aun no me vuelvo reguetonera ni lo seré, no se que me vio o que se imaginó el viejo cochino.

Mi teoría es que tal vez tienen una fijación hacia las mujeres que usan demasiadas telas para vestirse, pues de ver toda la vida poca ropa... ya que le dejan a la imaginación. No quiero pensar en el orgasmo brutal que tendría un viejo tropical y cochino si entra a la tienda Parisina (donde venden metros y metros de telas).

Ahora tendré que correr por el boulevard y cuidarme de los viejos cochinos (que hay el doble que en la capirucha, 2 por cuadra en promedio).

Les dejo el video de las viejas cochinas de Flans, aquí estas cantan de como se trepan a un wey a su carro, así como me quiso trepar a mi el viejo cochino del boulevard.