κῶμα

Un día al salir del trabajo, me senté a observar el mar con un amigo, y me dijo algo que es más que cierto: no dejes nunca que nadie te haga sentir mal. Cuanta razón tienes -pensé-, y entonces surgieron preguntas sin respuestas dentro de mi:

¿Aún me querrás?
¿Me odiarás?
¿Te preguntarás si estoy bien?
¿Piensas que pienso en ti?
¿A caso has pensado en mi?

No... No tengo respuestas a las preguntas que no te has hecho, que no existieron nunca en ti, porque son preguntas que yo me he hecho a mi misma. No existen las respuestas que yo misma he respondido. No existen, no existen como no existe este sentimiento, como no existe lo que escribo...

"Por que siempre todos y nunca tú, nunca tú y siempre todos, a veces creo que ya nunca volverás tú, aunque siempre vuelven todos y nunca tú. Todos se dan cuenta menos tú, ¿porqué no te das cuenta?, ¿porqué no regresas?, ¿porqué no te quedas?, ¿porqué no vienes?, vienen todos, se quedan pero yo no dejo que se queden, solo quiero que te quedes tú, no quiero a los demás, no quiero compartir lo que he visto, lo que he hecho, no quiero regresar y ver que no estas ahí, no quiero quedarme y saber que no estas ahí, regresa a casa, regresa ya... te extraño tanto.
Me equivoqué, necesitaba saber, me apoyaste, te dejé ir y no querías, no querías irte, pero te dejé, regresa, vuelve ya, vuelve solo tú, solo tú y nadie más; pero vuelven todos, menos tú..."

"Cuanto más pasara, cuanto más esperare, ya no quiero esperar, vuelve ya, que en camino yo estoy, solo quiero saber si volverás alguna vez, si la siguiente vuelta del mundo es para mi y para ti, déjame saber, déjame saber para poder continuar".

Ahora se que no tengo que saber, solo se que debo de continuar, que ya fue suficiente, que no vale la pena sentir por dos, esperar lo que no llegará, no será lo que fue, que no se repetirá. Lo idílico, no es lo que parece, solo fue una alucinación.

Me encuentro en transición, y de pronto he caído en este coma, no me puedo mover, las situaciones me mueven, me llevan, así como el viento mueve al mar; ya no siento, me he desconectado. De cierta manera estar en coma me reconforta, será mi refugio por un tiempo, no se cuanto, no se donde, no se cuando ni como. Ahora el coma es mi espacio, mi yo sin tu tú, solo yo.

¡Que rayos!, para eso es este mugrero, para escupir con mis dedos lo que viaja a través de mis sinapsis, y plasmarlo aquí, como quien escupe en la calle, y que lo lea el diablo, el papa, Obama y hasta un pinche perro. Todos observarán lo escupido, aunque hay quienes fingen no observar; al final, todo es como un gargajo en la calle, ahí caé, ahí se queda, y sin ser nada, sigue siendo algo que forma parte del todo.